miércoles, 8 de octubre de 2014

Zona de promesas

Es mi cabeza hoy una zona de promesas, como decía Gustavo... y creo que me cabeza es hoy eso, puras promesas. El vaso medio vacío es que esas promesas no son para alentarme, sino solamente para no dejare caer, como por ejemplo, que esta noche va a ser todo diferente, que quizá esté mejor, que no voy a irme a dormir con un sabor agridulce, que quizá lo último que sienta antes de perderme en los brazos de Morfeo sea una caricia, alguna que me cure un poco.
Sobretodo lo que necesito esta noche, en no irme a dormir con esa imagen en mi cabeza... esa que me quita el sueño, esa que no me deja concentrarme en nada mas, esa que me desdibuja la sonrisa, o que a veces me la impone por un fugaz segundo.
Me pierdo en esas promesas, imagino que todo es diferente, como quiero que sea, o como era. Como quiero que sea trae aparejadas demasiadas cosas, demasiadas pérdidas, quizá hasta arrepentimientos. Como era está bien, era lindo, era tranquilo, era feliz. Durante muchos años era así, y yo era felicidad pura, pero algo cambió, algo de alguna forma se rompió, y la pregunta que me hago entonces es ¿se puede arreglar? Mi cabeza me dice que sí, y mi corazón quiere decirme que sí, entonces las promesas de como quiero que sea desaparecen, porque volvería a como eran y ya no querría lo otro.
En fin, mi cabeza y mi corazón se debaten constantemente tratando de responder a estos interrogantes, que solo el tiempo va a definir, y yo, mientras tanto sigo, automáticamente, viviendo esto, este transcurrir, y me dejo llevar a donde quiera que me depare el destino.

lunes, 6 de octubre de 2014

Algo de sol

Dicen por ahí que uno escribe cuando algo no anda bien, cuando hay algo que decir, cuando hay algo en el interior que necesita salir... y será de esa forma, porque cuando estoy bien, por más que trato y trato nada sale.
Hoy puedo sentarme a escribir algo, unas líneas, porque sinceramente hay algo que falla en mí entorno, o quizá sea en mí. Estoy segura de que no es la mejor forma, escribir para que alguien más lo lea, sobretodo cuando esto no lo va a leer quien debería, o quienes deberían, porque no tiene un solo destinatario. Quizá debería hablar, explicar, pero ¿qué decir cuando no se sabe qué ocurre? Supongo entonces que lo mejor es guardar silencio. ¿Cuántas veces tomamos decisiones apuradas y después nos arrepentimos? o mejor dicho ¿Cuántas veces me pasó a mi? Cuento varias de esas situaciones en mi haber, por lo que esta vez he decidido tomármelo con calma, pero esta calma conlleva un costo, porque el mientras tanto, si bien me decido o cambia mi situación para bien porque no es más que una etapa, trae aparejado el malestar, la incertidumbre, las ganas de tomarme un barco a una isla desierta y pensar, y pensar, sin que nadie en mi alrededor tenga ningún tipo de influencia en ello. No sé que va a pasar, y cómo me gustaría tener Delfos a la vuelta de la esquina para ir a ver qué me depara el destino, pero no puede saberse, no hay forma.
Sigo de esta manera, procurando mantenerme entera después de todo, intentando no estallar, no parar, porque si paro no me levanto... Quizá haya algo de sol al final de esta gran nube... ¿Quién sabe?

sábado, 4 de octubre de 2014

Grieta al Silencio

Las llaves cayeron del  mantel
Llevándose la efervescencia de la mesa
Dejando el calor desparramado
Reposado en mi silla, ahora vacía.
El ascensor eternizado en el décimo,
Esperando que te fueras, sin quererte llevar.
El trazo de tu rimel dibujando una grieta
En el pecho, tatuado de anillos
Del ritmo de las palmadas, sin contar la excitación,
La fuerza, el aflorar de colores mate,
Lento y visual, sangre con aroma a papel
Que deja sentado que ya no se vierte más.
La tinta de la lapicera era más expresiva
Que la mueca impuesta por no culpar
Al tiempo, a la desazón,
Al cuatro de copas que perdió la mano.
El ascensor bajó sin vos, subió sin mí
Las llaves cayeron al primero.
El cuatro, siempre presente, nos tiró en la cara
Cómo la efervescencia se fue
En el juego de suicidarnos…
                                               …Silencio.