sábado, 4 de abril de 2009

Las pequeñas brisas que se desprenden del viento majestuoso que se descubre estos últimos días, se descubre en mi vida, en mis días, que no pasan sin algún evento a recordar, por lo hermoso, por lo triste, por lo indeseado.
Hay cosas que nos hacen crecer, y otras que cuando pasan uno se da cuenta cuánto ha crecido en el ínterin. Lo que duele tanto, también termina por sanar. Lo que duele poco, finalmente se desvanece, y aquello que duele toda la vida nos marca a fuego.
Hay preguntas para las que no existe respuesta. Otras,la respuesta viene una vez que el polvo volvió a asentarse, y que no hay revuelo en los aires, y finalmente esa respuesta nos complace más de lo que nos imaginábamos. Siempre, como me enseño aquel buen montañés, todo lo que pasa es lo mejor, no importa si en el momento que pasa no se lo ve. Siempre es lo mejor, porque en ese momento tenía que ser así y porque todos han actuado de acuerdo a su nivel de conciencia. No dejemos que el nuestro nos lleve a ser los macedonios que siguieron, a pesar de todo, mas y mas al este, aunque ya no sabian ni que sueño perseguían. Volvamos a casa, lleguemos a encontrarnos con nuestro amor. Sigamos el latido que nos hace sentirnos vivos, y si duele ese latido, abracémonos al dolor. Como ayer le dije a alguien muy importante: la fuerza para curarte está dentro de vos. Y de nadie más, porque todo lo que necesitamos siempre esta adentro de nuestro propio ser, ni afuera, ni cerca ni lejos, sino adentro, solamente aprendamos a encontrarlo, y así, somos fuertes para siempre, sin salirnos de nuestro centro

miércoles, 1 de abril de 2009

Baco, te voy a extrañar

Cuando tenía 15, poco después de que murió mi perrito ovejero alemán, Daya, me trajeron un chiquitin negro y marrón, que de peque era torpe, y de grande era imponente, un hermosísimo ejemplar de Rotwailer. Baco lo llamamos, y no tardo en ponerse fuerte, pura fibra y, a pesar de meter miedo, era franela y cariñoso como pocos, uno tardaba en hacer buenas migas, pero una vez que eso estaba hecho, no te dejaba ni a sol ni a sombra.
Más de una vez ladró incesantemente cuando alguien me abrazaba, o cuando gritabamos, o cuando uno entraba en la pileta y se sumergía, donde él no nos podía ver. Más de una vez me senté a su lado y "hablar" aunque no me fuera a contestar. Más de una vez nos peleamos, pero finalmente nos reconciliábamos, porque teníamos un amor mutuo muy lindo.
Baquito, parece que viviste muchos años, y muy intensos, muy hermosos. Creo yo, y mi familia, haberte dado una vida hermosa, una vida feliz para un perrito, fuiste, sos y vas a ser parte de la familia siempre, porque sos parte de nuestros corazones.
Ojalá tengas mucha, mucha paz, y ojalá sigas ladrando desde el cielo cuando alguien trate de hacernos mal. Yo voy a seguir recordándote toda, pero toda toda la vida.
Te amo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!