sábado, 4 de octubre de 2014

Grieta al Silencio

Las llaves cayeron del  mantel
Llevándose la efervescencia de la mesa
Dejando el calor desparramado
Reposado en mi silla, ahora vacía.
El ascensor eternizado en el décimo,
Esperando que te fueras, sin quererte llevar.
El trazo de tu rimel dibujando una grieta
En el pecho, tatuado de anillos
Del ritmo de las palmadas, sin contar la excitación,
La fuerza, el aflorar de colores mate,
Lento y visual, sangre con aroma a papel
Que deja sentado que ya no se vierte más.
La tinta de la lapicera era más expresiva
Que la mueca impuesta por no culpar
Al tiempo, a la desazón,
Al cuatro de copas que perdió la mano.
El ascensor bajó sin vos, subió sin mí
Las llaves cayeron al primero.
El cuatro, siempre presente, nos tiró en la cara
Cómo la efervescencia se fue
En el juego de suicidarnos…
                                               …Silencio.

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