miércoles, 30 de enero de 2008

Teoría de los Hombres III:

El que alardea mucho de su amigo, lo bueno que es en la cama y su virilidad.... la tiene chica, te va a pedir que estes siempre arriba y todavia no salió del closet.


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Plus:
Teoría del embudo: La más linda con el más boludo.

viernes, 25 de enero de 2008

Proceso de Angustia

Cuando uno se angustia siente una fuerte presión en los ojos provocado por la fuerza hacen estos para poder mantener encerradas las lagrimas que ansían obtener su libertad para poder desahogar al corazón.
Luego la garganta se cierra impidiendo que la saliva circule libremente por su “carril” (parte de su recorrido cotidiano).
Los labios se endurecen como rocas en un gesto que no deja rastros de la sonrisa que un día fue y tuvo lugar ahí.
El corazón late fuerte y la respiración se agita, mientras uno trata de pasar desapercibido entre la multitud.

¿Desde cuando llorar se volvió vergonzoso? ¿Desde cuando nos tenemos que aguantar el llanto porque nos da vergüenza demostrar nuestros sentimientos? ¿Desde cuando el llanto se volvió un signo de debilidad y no de desahogo?

Tanto nos reprimimos que llegamos hasta lograr que el sufrimiento y la tristeza del alma se conviertan en una tortura: la angustia.

martes, 22 de enero de 2008

Papá

Colectivo. Snow Patrol en mis oidos. Aproximadamente entre las 10 y 11hs del miercoles. Viajo a terapia. En eso, mecanicamente, tomo mi celular. Una llamada perdida. Un mensaje de voz. "papá"- pienso. Efectivamente. Pide que lo llame. Tuuuu. Tuuuu.


Papá: Hola...

Lulú: Hola Pa, como estas?

Papá: Piojo! Bien, vos?

Lulú: Bien, yendo a terapia. Me llamaste.

Papá: Ganamos! (emocionado)

Lulú: Ganamos que? (Pienso: la loteria! No... no puede ser...)

Papá: Ganamos! Boca!

Lulú: (?) Ahaaaa! Que bueno! Bieeen!

Papá: Si...(emocionado) Venis a la oficina?

Lulú: Si, despues de terapia.

Papá: Bueno, nos vemos...

Lulú: Ok (?)


Tu Tu Tu Tu
(?)

martes, 15 de enero de 2008

Teoría de los Hombres II:

- A todos, pero a todos les calienta ver a una mujer masturbarse.

- Salvo casos excepcionales (Ej.: asexuados, gays, etc), todo hombre fantasea con dos mujeres.

- Si, si... la metodología usada en la primaria no evoluciono con la edad: si te jode, te rompe las bolas, te trata mal... esta hasta las bolas con vos!

jueves, 10 de enero de 2008

Tango...

No sé sinceramente si será el tango lo que produce este vacío, o es que simplemente estoy propensa a sentirlo ante cualquier música un poco melancólica, dejando por sentado que el tango lo es, claro está. Lo cierto es que este ausencias me está cavando un profundo agujero en el alma, y aún así mis manos se resisten a adelantar el track o a ponerle fin a esta música, es como si todo fuera planeado de esta forma, como un destino imposible de cambiar, como si cada detalle, inclusive esto que estoy escribiendo, estuviera previamente pensado o delineado perfectamente por alguna extraña fuerza mística que no me deja ser sin hacerme ser. Sí, me río también porque entiendo lo poco o muy lógico que puede sonar esto que estoy escribiendo, e inevitablemente estás leyendo, pero si su dirección no es acotada, simplemente que está dirigido a quien sabe cuántas personas, o quizá a nadie, y si a vos te está causando algo es porque, seguramente, tenías que estarlo leyendo.
Es increíble como uno descubre y redescubre la levedad del ser no solo cuando lee a Kundera, sino que también cuando se da cuenta que las cosas simplemente suceden, fortuitamente... que vastos que nos sentimos, pero que vanos que somos en un punto, porque la mayoría de las cosas nos hacen pensar que las dominamos pero simplemente ocurren, y nos gusta pensar que así las quisimos, que de esa forma sucedieron porque lo decidimos, y nos gusta creer en el destino, pero a su vez nos asusta pensar que alguien más tiene el plan trazado de antemano para nosotros, y entonces porque no sentarme en un sillón a esperar que las cosas pasen? porque quizá tu plan no es sentarte en el sillón a esperar eso, por lo cual no has de hacerlo. Y con esto no estoy diciendo que creo en el destino como plan irrevocable de vidas, sino simplemente dejándolo librado a tu imaginación, sí a la tuya, a vos mismo que no sabés hacia donde buceó mi mente esta mañana de jueves... que como diría el amigo Sabina, "este jueves que no sabe bajarse ni los pantalones", esta mañana en fa bemol, en mi... (que me corrija algún músico si eso no es equivalente).
Pero de qué manera están aconteciendo los hechos entonces? Por qué estoy yo viviendo este libre albedrío que se le dio al hombre? Me asusta mucho todo lo que tengo adentro, porque es como un huracán pronto a arrasar con lo que sea que se le tope por el camino, y no sé cuan refrenable está siendo, ni cuan violento puede llegar a ser, si es que es violento el amor que ese huracán conlleva. Pero el amor no era una combinación química, una sinapsis entre neuronas, un simple librar hormonas ante la presencia o ausencia de la persona que lo produce. Pero es claro que después de cierto tiempo eso no pasa más, y si se prolonga en el tiempo, entonces creo que ya no acepto la idea alquimista del hecho. Entonces estamos definitivamente ante la presencia de algo más allá, algo mucho más allá.
En fin, mi mañana ahora me llama a la rutina, a lo imposible de seguir todos los días contentándome con esto... sin más...

martes, 8 de enero de 2008

¿Qué vale más la pena?

El simple calor de dos cuerpos danzando al ritmo de un pálpito, al compás de los sonidos que produce en cansancio al entregar tanto amor, me inspira a recordarte... ¿cuántas noches más he de tener el placer de vivirte, y cuantos días más el de despertarte?


Hay veces que basta sólo una mirada... y tus ojos me dicen demasiadas cosas...


No hay que alterar el cauce natural del río, pero si podemos construir represas, y ramas artificiales, que al fin y al cabo sirven para fortalecer ese cauce... no dejemos de hacerlo.


Si al fin y al cabo no somos más que simples ocupantes momentáneos de esas aguas, o de esas orillas...

domingo, 6 de enero de 2008

Fahrenheit 451: Temperatura en la que mi cabeza arde

Siempre que termino un libro me angustio. Debe ser porque entablo una relación de tiempo determinado conciente, dependiendo de la cantidad de hojas, pero de espacialidad eterna en tanto a las idas, visitas, a mundos ajenos. Es una relación tanto cualitativa como cuantitativa predestinada a acabar, pero que sin embargo siempre va a estar en mi "cajón de los recuerdos". Cuantitativa porque es tanto con el autor, como con el texto, con las palabras, con la literatura, con los personajes, paisajes, situaciones, etc. y es cualitativa en cuanto a que excita mi imaginación infante y me permite encontrarme con una parte de mi que nunca quiere dejar neverland.

Pero porque la angustia? Siempre hay un nuevo libro que leer, es más, mi finita vida no alcaza para leer todo lo que hay, y mi poca capacidad de lectura rápida disminuye más el porcentaje normal de posibles lecturas.

Creo que la angustia se debe a que con cada libro terminado muero. Muero porque dejo de volar, abandono neverland para volver a la realidad, para volver a mi mortalidad, dejando mi ser halado a la espera de una nueva aventura literaria. Por esta angustia producto de la muerte es que soy participe de ese grupo de gente que lee el ultimo párrafo de cada texto, supongo que lo hago para afirmar la triste sospecha: el texto acaba.


Éste libro me toco en otro punto. Me gusto pero no me encanto. Me gusto pero no me encanto, pero me movilizo. Me permitió volar sobre una parte de mi que este año esta brotando de lo más profundo de mi sangre: mi ser japonesa.

La primera vez que me di cuenta del espacio sobre el que estaba flotando fue en el colectivo. El texto me contaba algo que vagamente ya sabia: como debe comportarse la mujer para lograr el objetivo impuesto: no deshonrar. No feliz, ni siquiera honrada, mas bien, no-ser-desgracia-para-otro. Es por esto que la autora sentencia que admira a la mujer japonesa por no suicidarse (el suicidio es cuestión de honor en Japón).

Cuando leía esto me puse a llorar. Llore por la evidencia. Llore por tristeza y alegría. Llore porque me reconocí como japonesa, porque me sentí japonesa, porque soy japonesa. Pero también llore porque no puedo dejar de serlo y con ello mi ser no deja de constituirse del no-ser-desgracia-para-otro.

Este año es particular. Siento que crecí, sé que crecí y sé que tome una cantidad de decisiones que son la prueba de ese crecimiento. Pero la particularidad de todas esas decisiones es que rondan el reconocimiento, el acercamiento con oriente.

Empecé el año con una voz que hacia 9 meses me era indiferente pero que ahora es tan cotidiana como el ruido de mi despertador. Esa voz me presentaba siempre la extrañeza de mi apellido, de mi "particularidad", me llamaba a través de sus letras. Inagaki. Si?

Continué con el inicio de una rutina con mi hermano que consiste en ver amines, acción que siempre me produjo placeres incontables, angustias sintomáticas, sueños en vigilia, fascinación inexplicable. Este acto que formaba parte de mi vida cotidiana desde los 6 hasta los 16 volvió a mis 21 luego de varios años de suspenso en formato de ritual fraterno. Este acto es tan mío, tan propio, que lo defiendo con garras y dientes ante las criticas de mis pares. Es una de las pocas cosas que me constituyen y que defiendo con tanta euforia. No permito que nadie me lo quite, no me importa lo que digan, es mío y me gusta.

Este año también decidí mi futuro, enmarque mi vida. Me encontré sentada en la mesa redonda con mi primo frente a mi padre y mi tío defendiendo y anunciando nuestra necesidad e imposición de seguir con la empresa familiar, empresa que construyo mi abuelo, el Sr. Jorge Fumio Inagaki.

También empecé Ninjutsu, arte marcial japonés, el arte marcial de los ninjas. Me convertí así en kunoichi (mujer ninja) y me deje volar sobre un dojo en el que se cuenta en japonés, se habla en japonés y se es tradicional como en el viejo Japón.


En pocas palabras, este año, me reencontré con mi ser-japonesa.

Este encuentro se afirmo y trascendió el marco de acciones cuando leía a Amélie-san hablando(me) de (mi) las niponas. Mis ojos, cual scanner, acababan las líneas de letras poniéndome ante mi ser. Me describía, me enmarcaba, me respondía? Si, me decía porque siento lo que siento, porque respondo ante una cantidad de exigencias a las cuales no quiero responder de la manera que debo. Soy como soy: una persona sumisa a las necesidades, exigencias y gustos de los otros, que se olvida de si para donase al otro, que tiene que sonreír y aparentar ser feliz para otros.


Entonces, soy japonesa, soy oriental, en tanto que me desangro por no-ser-deshonra-de-otro, en tanto que soy-para-otro, en tanto que soy-como-quiere-otro.

Y no me suicido porque soy occidental y en este mundo del cual soy transeúnte no es un honor ser asesino-victima, por lo cual debo cargar con mi sello, con mi marca, y vivir entre estos dos paradigmas cayendo en la contradicción, perturbando mi existencia, dando que pensar a mi mente.