Cuando uno se angustia siente una fuerte presión en los ojos provocado por la fuerza hacen estos para poder mantener encerradas las lagrimas que ansían obtener su libertad para poder desahogar al corazón.
Luego la garganta se cierra impidiendo que la saliva circule libremente por su “carril” (parte de su recorrido cotidiano).
Los labios se endurecen como rocas en un gesto que no deja rastros de la sonrisa que un día fue y tuvo lugar ahí.
El corazón late fuerte y la respiración se agita, mientras uno trata de pasar desapercibido entre la multitud.
¿Desde cuando llorar se volvió vergonzoso? ¿Desde cuando nos tenemos que aguantar el llanto porque nos da vergüenza demostrar nuestros sentimientos? ¿Desde cuando el llanto se volvió un signo de debilidad y no de desahogo?
Tanto nos reprimimos que llegamos hasta lograr que el sufrimiento y la tristeza del alma se conviertan en una tortura: la angustia.
3 comentarios:
mi amiga... eso también pasa, como todo...
Tu co-blogger se encuentra en una situacion particular también, y pasa que al final este es el momento de la angustia, pero muy adentro sabemos que esto, como todo, y como dije arriba... también pasa... deja fluir en libertad como decis, y es mas facil llegar al momento en que la angustia pase y de lugar a una hermosa melancolía...
Te quiero!
Andas en tiempos de angustia, pequeña Lulu? Al mal tiempo buena cara.
Se le quiere señorita, aqui estoy para lo que necesite.
¿Te puedo explicar el proceso de regurgitación? Bien descriptivo sería... XDDDDD
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