Voces que susurran frío. Así me desperté esta mañana. salir de la cama significaba cortar un cordón umbilical, era lo más difícil que se me cruzaba por la cabeza. La gata me miraba al lado mío pidiéndome que le abriera la ventana, quería quizá irse a pasear, a comer, a lo que fuere, pero yo no podía ni sacar las manos de abajo de las frazadas. Esta mañana me duché, porque ayer no hice a tiempo, y pensar en el agua de la ducha me reconfortó, pero después... cuándo uno sale de la ducha? eso me acobardó más.
El dpia después de esa rutina matinal sigue su curso, hasta media mañana uno tiene sueño, y jura que al volver a casa se va a tirar un rato, cuando pasa un poco más el día y llegas a tu casa, ya no te querés tirar porque se te paso la fiaca, y a la noche amas la cama, y a la mañana siguiente vuelve a empezar...
nada, solo eso... me pasó esta mañana más que nunca.
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