miércoles, 25 de junio de 2008

y así... nunca menos.

El mundo se ensancha y yo cada vez más pequeña...


...mis ojos no saben como mirar la luz que los ciega...


...en lo alto de la torre dejé caer una lágrima, y un nunca más.


Y muchos hasta luegos... fin.

viernes, 13 de junio de 2008

Otoño y muerte en los árboles

La muerte se desliza por las copas de los árboles, amarillas en otoño y, cómo él, pasa casi inadvertida. La gente no suele recordar los otoños, o los inviernos. La gente en estas estaciones se refugia en sus casas, le huye a la calle, le da miedo la noche. Estos dos hermosos letargos de la naturaleza pasan casi sin repercusiones, no quedan tan perpetuados en la memoria como sí han de quedar aquellos dos renaceres de los colores, las flores, el aroma y las ganas de estarse fuera hasta de uno mismo.
La muerte deja un sabor amargo. La muerte nos pasa tan cerca siempre, y uno que cree su vida algo tan importante, ve como los demás se van yendo y los diarios vuelven a salir, y el mundo no deja de girar, y otra nueva vida comienza al día siguiente, o el mismo día que uno se está despidiendo de ésta. No tengo miedo a la muerte, no, sino al olvido. Tengo miedo al haber pasado por este mundo sin haber dejado nada en él. Tengo miedo a no sentirme completa al irme. Tengo miedo a dejar demasiadas cosas sin atar, sin realizar.
El futuro es tan incierto que a veces lo veo como un mar eterno y lo estoy cruzando a nado. Veo que puedo seguirme adentrando en él, y que muchas cosas pueden salir mal. Cuántas brazadas van a permitirme mis fuerzas antes de dejarme hundir. Porque no me veo con una balsa, sino a nado, a pura piel y el agua, ese inmenso océano, que no se ni lo que me depara, ni cuán lejos estoy de la próxima costa, cuando podré descansar de tanto esfuerzo, de tanta lucha. Y aún nado en él, y aún trato de sacar de mi todo lo que hay, todo.

lunes, 2 de junio de 2008

Nos sobran los motivos

Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojalá,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré.
Ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran más por ti.
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¡¡¡¡¡¡Gracias Joaquín por esas magníficas palabras!!!!!!!! A todos nos haría bien tenerlas presentes en momentos de la vida, así que Pequeñita, copita cindor, cuando esto refleje lo que sentís, que sé que será pronto, ascenderas a Dannette. Te quiero hermosa!
(J. Sabina, canción "Cerrado por derribo" en el disco "Nos sobran los motivos", recitado al principio).