viernes, 30 de mayo de 2008

Errores

Hay veces que me detengo a observar como gira el mundo mientras estoy subida a él. A veces me voy también, me elevo y sigo mirando como gira cuando no estoy, cuando siento que con un simple error de cálculos, no habría de volver jamás. Estoy tan dentro y tan fuera que no termino de encontrarme. Estoy tan segura y tan perdida que estoy al borde de la razón. El mismo temor a encordecer del que hablaba antes. Quiero salir a la vida, porque este encierro no puede ser más que la antesala de la muerte. La vida misma no es esto, o sí, pero de otra manera. Quiero caminar con los pies afirmados a mi verosimilitud, sin que eso signifique veracidad, ni realidad. Los momentos en los cuales puedo despegar son los más cercanos a mí misma, a mi esencia. Y no hay nadie en ellos, si es que no despegué tomada de las manos o enroscada en la mente de alguien más que se anima a despegar conmigo, que tiene la maravillosa capacidad. Somos pocos guerreros de la luz, pero cuánto alumbra un solo fósforo en una habitación a oscuras. ¿Para qué luchar contra lo irreverente? ¿Para qué tratar de que comprendan esto, si nunca lo vivieron? ¿Por qué perseguir el popularismo ridículo de mostrarse diferente? Si queremos ser diferentes, o si nos sentimos de esa manera, mantenete en tu diferencia sin hacer un altar de ella, eso ya dejó de ser diferente. Y todo es diferente, siempre, todo. La cuerda que salto gira a velocidades incontrolables, irrefrenables, los pies no me dan casi para mantenerme al ritmo, siento que me voy a caer, tropezar en cualquier momento. Un solo error de milésimas de segundo, y sé que caigo, se que no puedo seguir, se que me detengo, que sería el golpe fuerte que terminaría por quebrar mis huesos, y dejarlos hechos añicos, sólo una milésima y no habría de volver jamás.

jueves, 29 de mayo de 2008



Amiga, que la pases muuuuuy bien!

Te deseo lo mejor de lo mejor!!!!!!

Te quiero co-blogger!

martes, 27 de mayo de 2008

Por una vez sé lo que quiero

Cada vez me cuesta más. Cada vez es más triste el viaje de vuelta. Cada vez hay más cosas dentro mío que dicen "¡quedate!", pero no. No se puede de la nada, sin nada. Está bien que soy impulsiva, que quiero todo, que Buenos Aires cada día me gusta menos y muchas cosas, pero no, no puedo así. No es sano ni para mi ni para quienes se preocupan por mí. Aparte si lo puedo hacer bien ¿por qué hacerlo a las apuradas y sin bases? Ya lo sé, puedo ser coherente si quiero también, pero cuando los deseos no van al mismo ritmo que los recursos, se complica entender.
Acá alguien me dice que quizá pasa así porque no es el momento de irme, que yo no voy a saber porque pero no lo es. Lo único que sé es lo que siento, y siento que allá soy más libre, soy más yo, el simple hecho de respirar ese aire, de necesitar paz y abrazar un árbol, de que el bosque sea mi cable a tierra. El hecho de que no haya miles de edificios, ni taxis a lo loco, ni miles de bocinas, ni la 9 de Julio, ni corridas y la ciudad vestida de gris, de trajes grises porque así ha de ser. No es lo mismo. Despertarme a la mañana y sentir el olor a Pino mojado, eso es impagable. Si hay muuuuuuuucho silencio, el sonido del mar te abraza, te invade, te acoge a dormir entre sus aguas. Eso, el viento, la playa, la felicidad me inunda estando allá, y me dan ganas de llorar estando acá.
Nada, si sigo me subo al auto y me voy... por una vez en mi vida SÉ LO QUE QUIERO!!!!!!!!!! No voy a dejar que eso vuele, pase de largo, como tantas otras cosas.

viernes, 23 de mayo de 2008

Date cuenta que....

si usa ojotas en invierno, es extranjero.


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Un día de esos de mucho mucho frío que pasaron, me cruce con dos tipos que tenían ojotas! DOS!!! Eran extranjeros...
Loco! Hey! Sí, vos! Hace frío mi vida, hay como 9 grados chiquito, las ojotas no dan... no ojotas, no!

martes, 20 de mayo de 2008

Esta noche me encuentra desvelada, como de costumbre. Esta noche me desdibuja la sonrisa del fin de semana. Tantos sueños tengo por cumplir, que no se por cual empezar, y siento mi libertad frenada por muchas cosas que me impone la vida común de este hoy en el que vivo. Siento que necesito las alas de un pájaro para poder seguir volando, porque muchas veces no me alcanzan las fuerzas para despegar. Estoy empezando a acostumbrarme a esta deliciosa soledad, la cual me permite caminar sin rumbo fijo y sin explicarle a nadie a donde van mis pasos y porque. Siento que esta soledad me invade, me completa. No la detesto, no la desoigo, no la alejo, la abrazo, me embebo de ella.

Siento que allá afuera debe haber alguna otra alma solitaria que desee compartir su soledad conmigo, y claro, ya no sería soledad, pero una hermosa libertad, aceptando los momentos de soledad, eso intuyo, sólo que no ha llegado aún, y el terreno debe estar recuperándose de la última siembra, quedó bastante derruído... Pero se que toma tiempo, más aún que tenga la capacidad de volar, de despegar, de animarse a probar, a arriesgar, a jugarse por descubrir que hay más allá de lo que nos muestra lo evidente... y aun así pido, No me presiones caballero, no soy tan sujetable... si querés encontrarme, dejame volar, y tratá de saber acompañar el movimiento de las alas... cerca cuando queramos, lejos, muy lejos cuando lo sintamos, sin dejar de guardar ese sabor dulce en la piel y en la boca.

El vacío me invade otra vez

La angustia me persigue.
Es insufrible, molesta, pesada.
No puedo sacármela de encima.
La bloqueo, vuelve. La anulo, vuelve. La ignoro, vuelve.
Terrible!
Por dos semanas soy feliz y la tercera me vence, gana ella.
No esta bueno vivir así... eso implica que una semana de cada mes estoy sumergida en un mar de depresión y tristeza que no soporto, lo cual me lleva a imaginarme y planear las diferentes posibilidades para acabar con ella. (¿y si se me va todo? y bueno, no todo se puede en la vida chiquita...)

Lo peor de todo esto, ¿o lo mejor?, es que me estoy haciendo cargo de ella.
Cada tanto hago lo posible para dejarla, y cuando vuelve, ya la estoy esperando. Esta yegua no me va a agarrar nunca mas de sorpresa.
Lo que si sé que es malo es que no puedo, todavía, hacer patente mi angustia ante el resto. Sigo sintiendo, pensando, que si demuestro mi tristeza el mundo va a caer rendido a mis pies. Que egocentrismo absurdo el que me hostiga! Pero cada vez lo hago mas patente para el resto, si, que se jodan loco! Ya me case de ser su mona lisa, siempre con esa sonrisita pelotuda.

Que garrón es encontrar la inspiración literal cuando estas de bajón. Siempre lo mismo, siempre una desgracia tras otra... que vida la tuya eh! Nunca algo lindo. Cuando estas feliz, ¿porque no escribís? ¿Pensas acaso que las letras solo describen tristezas? ¿O pensas que si escribís alegrías a nadie le van a interesar porque todos quieren verte desdichada? ¿¡ Que es lo que tenes en la cabeza nena?!

En fin, my life sucks! Pero me la banco... No vengo a mariconear, simplemente vengo a escribir, a hacer uso del universo literario que tan amablemente se presta, y se presto en miles de oportunidades, para sacarme por un período de tiempo (porque recordemos, la hija de puta siempre vuelve) la angustia que me perturba.

Lo peor de todo es que no es tan trágico. Va si. No. No sé.... creo que no.
Fue...

martes, 13 de mayo de 2008

Temor a encordecer...

Mirar el vuelo del ave que me pasa por encima, oler esa pequeña piña que me regalaron en el bosque de Cariló y transportarme al medio de un ocuro lugar que solo tiene pinos y su pinocha, y ese Laurel. Cerrar los ojos y dejar de ver las computadoras que me rodean, con la música en mis oidos, y dejarme volar...
"Temor a encordecer o a encordar" me dijiste... de verdad. Te dije que te iba a robar la frase porque me parecía que reflejaba algo que me caracterizaba. Temor a salir a la calle y no ver más állá, temor a temer lo que van a pensar, temor a dejar de ser como quiero para empezar a ser como debo, temor a dejar de fugarme a cada momento mentalmente, o fisicamente, con menor frecuencia, porque no está bien, porque es peligroso, porque "te va a ir mal". Y al final te quedan actitudes razonables, te queda pensar que ese deseo, ese mismo que te acompaña desde chica, desde siempre, el de vivir en otro lugar, valerte por vos misma, no necesitar de nadie, ser vos y ese lugar, y esa gente que allá esté, pensar que es difícil, que aún no podés. o no debés. Y cada vez cuesta más volver, cada vez que vas, cuando empezás a volver, lo pensás una y mil veces. ¿Por qué no me estoy quedando? y otra vez acá, y tener que cerrar los ojos para estar allá. y ¿Hasta cuándo? No sé si habré nacido en el lugar equivocado, o justo por eso quiero irme allá. Y si mal no recuerdo alguien me dijo "recuerda que nadie espera odio en tus ojos princesa", pero me enojo porque las cosas no son como quisiera, levantar la valija, subriem al auto e irme, y volver para visitar, y ser allá, convertirme en ese bosque, donde la soledad me sienta mejor, donde la libertad me da mejores alas, donde el mar es mi escape y el bosque mi mejor refugio. Donde me maravillo ante los colores de los hongos, la vida de las hojas, el poder de un arbol, y el infinito ruido que puede hacer una, una sola piña cayendo.
No sé, quizá sea dejar de estar tan cerca de esa línea que divide lo vbueno de volaaaaar, en todo sentido, de lo demás, de lo que al final te hace verte viejo, y preguntar de que manera "disfrutaste" tu vida. Quizá es solo decidirse.

sábado, 3 de mayo de 2008

Sueño con un brote psicótico

Si si, con un sano, limpio y relajante brote psicótico.


Debería no solo haber pastillas que prevengan los brotes psicóticos sino también deberían haber pastillas que permitan, por no decir provoquen, la aparición del brote psicótico. Es más, deberían ser de venta libre.


¿Por qué un brote psicótico?
Porque es una liberación de tensión, es una explosión de emociones, una descarga de malos humores cancerigenos.

El brote psicótico es como el orgasmo, solo que menos feliz. Así como acumulamos calentura, acumulamos tensión. Cuando los niveles llegan a un punto considerable, por no decir saturable, cada dia sobre el que nos despertamos es un infierno. En el caso de falta de sexo, nuestro mal humor puede ser causa de burlas y/ o vergüenza/ lastima ( estas dos consecuencias pueden llegar a tener una implicación en algunos casos: que vos no cojas a tus amigos 1º les causa gracia para luego darles vergüenza, lastima). Entonces, así como la falta de sexo por una cantidad considerable de tiempo produce consecuencias devastadoras en todos los aspectos de la vida de un sujeto: es un mal cogido; la carga de tensiones, problemas psicológicos, la madre que nos parió en su periodo menopausico etc. contribuyen al estrés que nos arruina la existencia día tras día hasta que nos convertimos (a mediana edad, 40 años aprox.) en cretinos.


Mi solución: Así como para la falta de sexo existe el orgasmo que vuelve al mal cogido un hombre/ mujer feliz, el brote psicótico seria una solución al estrés añejado en nuestras mentes por la vida urbana que llevamos.

jueves, 1 de mayo de 2008

Burguesismo urbano para este 1º de Mayo

El otro día, yendo a terapia, me encontré ante ésta inusual escena. De 59 a 59 pude ver como dos asquerosas intercambiaban palabras en un roce cotidiano pero intenso.



Una mujer de jóvenes 30, luego de pagar el boleto, camina hacia los asientos continuos a la puerta central del colectivo impulsada por la nada que habitaba el asiento de la ventana. Con asco, característica principal del reconocido espécimen argentino denominado, sin mucha creatividad, "Asquerosa", la joven le pide a la señora del asiento del pasillo que corra las bolsas depositadas en el para así poder sentarse.


Acá esta la magia: La cara de asco de la señora hacia la joven, increíble. La miro con tanto, pero tanto, asco que la joven se quedo helada, señalando el asiento de la ventana, haciendo lo único que ella podía hacer, enfrentar con asco al asco ajeno que la penetraba. Luego de unos segundos de tensión suprema, la señora deja de ejecutar la asquerosa acción que estaba realizando (contaba monedas y billetes cual Tío Rico: con asco forrado en paja mental) para, lenta y asquerosamente, tomar las dos bolsas y levantarse del asiento (evidente signo de asco al contacto corporal con el extraño) y deja pasar a la joven que con asco y cara de "what ever..." se sienta en el codiciado asiento.



Debo admitir, en mis años de transeúnte, no vi nunca de tan cerca y con tanta carga de tensión una escena como esta. INCREIBLE!